Buscar este blog

viernes, 2 de abril de 2010

Irreflexiones (VII): El desconcierto de echar azúcar

8:15 a.m. Recién levantada. Voy a hacerme una tostada. Me pongo al lado del tostador con el pan, el aceite y el azúcar (lo cojo todo para moverme lo menos posible). La tostada salta... La miro... Me mira... Las pocas neuronas que tengo despiertas intentan ordenarme que el siguiente paso es "decorarla", y lo consiguen... Echo el aceite... Y cuando voy a echar el azúcar... ¡No! ¡¡Se me olvidó la cuchara!! Y a esas horas soy demasiado perra (lo reconozco) para ir a por una (3 pasos hasta el cajçon, abrirlo, cerrarlo y 3 pasos de vuelta), por lo tanto esto es un duro golpe para mí... Entonces, mi subconsciente dirige mi mano hacia el azucarero, y sin yo pensar cojo un pellizco de azúcar y la espolvoreo sobre la tostada.

Mi "yo" interior está feliz...y aún así me siento rara. ¿Por qué? Algo hay que no acaba de encajar, y no acabo de ver el qué. Me hago la segunda tostada. Salta. La miro. Esta vez no le da tiempo de mirarme cuando ya le he echado el aceite. Y cuando me dispongo a echar el azúcar... Me cosco. Lo que para mi subconsciente era normal, para mi consciente era algo raro. Y al darme cuenta me pregunté "¿Por qué?"