Buscar este blog

martes, 7 de agosto de 2012

Irreflexiones (XII): Quién sabe dónde


Esto lo tenía que haber escrito hace muuuuuucho tiempo, porque es que no es algo nuevo ¡para nada! Más bien bastante viejo. Voy a contar lo último que me ha pasado:

He llegado a casa a las 13:33 h. (exactamente), y me encuentro en la escalera una carta. Muy bien, el cartero no la puede dejar en la puerta o pasarla por debajo, la deja ahí en medio donde cualquiera la puede coger (mi casa está en un patio de vecinos). Claro, no la ha dejado en la puerta porque ¡no es para mi casa! Y no es que no sea para mi casa, sino que en la dirección pone claramente nuestra calle y el número 2. Y nuestro patio es el 2B. Sí, por raro que parezca (que hay a quien le parece raro, y a mí la primera al principio) en nuestra calle hay 3 puertas con el número 2 (bueno, dos puertas y el patio): está el 2B (nosotros), el 2A y el 2. La carta era para el 2. Entonces ¿qué hace en el 2B?
Me podréis decir “bueno, es que el cartero se habrá equivocado y habrá mirado mal, pobrecito, no pasa nada”. ¡PUES NO! Ayer por la tarde dejaron un aviso de recogida ¡y tampoco era para aquí! De hecho, era para el 2 también, aunque el destinatario era otro.

Esto es algo que se viene repitiendo, que nos dejan las cartas a nosotros y son para quién sabe dónde. Vamos a ver, aquí ocurren dos cosas (comprobadas):

martes, 12 de junio de 2012

Irreflexiones (XI): Corrigiendo lo incorregible

Bueno, vamos a contar la última historia sucedida en nuestra queridísima facultad...

Como todo el mundo que ha estudiado en ella sabe, tenemos el gran honor [ironic] de contar entre nuestro profesorado con cierto profesor (griego) para impartir dos de las asignaturas (al menos). Y si todo el mundo conoce a este profesor, no es porque sea uno de los mejores, de los más estimados, o de los que hacen su asignatura interesante... No. Más bien al contrario. Este profesor sabrá mucho de sus asignaturas (que sabe), tendrá una cabeza inteligente y todo lo que quiera, pero no sabe enseñar. Ya está, es así, y punto concluido. Mi pregunta (y la de muchos) es: ¿para qué se contrata a gente que no sabe enseñar, si se supone que lo que tienen que hacer es precisamente eso? Contratar a una persona porque es brillante en su campo, o porque investiga estupendamente y publica unos libros y unos artículos maravillosos, para enseñar una asignatura no tiene ni pies ni cabeza. Y no me malentiendan: no quiero decir que un buen profesor no pueda ser una persona brillante y buen investigador, sino que una persona con todas esas cualidades no tiene por qué saber enseñar.

jueves, 10 de mayo de 2012

Irreflexiones (X): Inequívocamente equivocados

Bueno, bueno, aquí estoy otra vez. Y si estoy aquí significa que (probablemente) algo o alguien me ha sacado de mis casillas (al menos un poco).

Jejeje
Empezaré diciendo algo que es evidente, a mi parecer, para todo el mundo:
Nadie es perfecto.
En esto estamos de acuerdo ¿no? Si alguien no está de acuerdo, creo que debería revisar muy bien sus pensamientos. Y si realmente habéis conocido a algún chico sin lugar a dudas perfecto... mandadlo para acá xD
Por ahora no hay problemas con el razonamiento, salvo que uno puede pensar que es perfecto, pero eso no le convierte en una persona sin fallo alguno. Una cosa es lo que se piensa, y otra cosa lo que se es.
Puesto que hay millones de cosas para hacer y aprender en la vida, y cada persona es diferente y está en situaciones diferentes, es de lógica suponer lo siguiente:
1. Que no todo el mundo va a saber lo mismo.
2. Que siempre habrá algo que no sepamos.
3. Que seguro que alguna vez nos equivocaremos en algo.

viernes, 4 de mayo de 2012

Irreflexiones (IX): La (a)normalidad de la gente

A veces no entiendo a la gente. De verdad que no la entiendo. ¿Cómo voy a entender que una persona se quede con algo que es tuyo, y encima te haga sentir mal a ti? ¿Me explica alguien cómo se hace eso? Porque yo, la verdad, no sería capaz. ¿Cómo puede alguien coger las cosas de otro y apropiarse de ellas, poniendo como excusa que "no tengo" o "es que lo mío lo he gastado"? SIN pedirlo, sino directamente pensando que todo está a su disposición.


Pues no. Perdonen que les diga que esto no es así. Una cosa es que realmente a alguien le haga falta algo, que tú lo tengas, que en ese momento no estés para pedírtelo y que esa persona lo coja (y no hay ni que decir que en el menor tiempo posible DEBERÁ, porque debe hacerlo, reponer lo que ha utilizado).

Otra cosa es que te traiga algo tuyo (que tú sabes lo que es), y te dé la mitad (por poner una cantidad), para que cuando le preguntes por la otra mitad te diga "es que de lo mío he cogido y me queda poco". ¿Perdón? Si te queda poco, es cosa tuya: